Sequimos con otra entrada dedicada al arte. Ya he podido disfrutar un par de exposiciones que forman parte de la agenda cultural de la capital esta primavera.

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Balthus en el Thyssen.

Para los amantes del arte moderno el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza es un espacio fundamental. Además de tener, en su planta baja, un gran espacio dedicado al arte del siglo XX, organiza frecuentemente interesantes exposiciones sobre el tema que conviene no perderse. Desde el 19 de febrero y hasta el 26 de mayo se puede disfrutar de una exposición dedicada a Balthasar Kłossowski de Rola, más conocido como Balthus (1908 -2001), pintor de origen polaco que se mantuvo más o menos ajeno a los movimientos artísticos del siglo pasado creado una obra singular que no siempre ha sido bien apreciada.

La Calle. Balthus. Óleo sobre tela. MoMa. Se puede ver en la exposición.

En toda la documentación que he leído citan como referentes a pintores prerrenacentistas, mencionando específicamente a Piero della Francesca, artista del que copiaba cuadros en el Louvre y también influencias de los impresionistas o los surrealistas, como el italiano Chirico. Yo encontré su obra muy enigmática, sin saber exactamente lo que quieren expresar algunos personajes que, en muchos casos, ni interactúan entre sí.  Sus paisajes campestres me gustaron por el uso de la luz, sus escenas costumbristas me parecieron geniales por el uso del color y los desnudos juveniles se me antojaron de una sensualidad inquietante, atrayente pero incomprensible. Todo queda sujeto a la interpretación que le dé el espectador, como bien dicen algunos de los cartelitos que acompañan su obra.

El aseo de Cathy. Balthus. 1934. A simple vista una escena de baño, pero la situación de los personajes, su expresión e interacción son algo inquietantes. Se puede ver en la exposición.

La sensualidad de su obra no casa con lo políticamente correcto que impera en la sociedad actual. En 2017 se recogieron firmas en el Metropolitan de Nueva York para que un cuadro, Thérese Soñando, fuera retirado de la exhibición por ofrecer una imagen romántica y cosificada de la juventud, algo que choca con el clamor social sobre los abusos a menores.  El arte como expresión libre ganó la partida, pero el debate está ahí ¿Deben o no retirarse este tipo de obras? Por cierto, Thérese Soñando es una de las pinturas que podemos encontrar en la completa exposición del Thyssen.

El museo permite sacar fotos, pero a mí no me gusta hacerlas porque es molesto para los demás y no salen bien. Siempre puedes apuntar la obra que te interesa, o sacarle una foto a la plaquita, y luego buscarla en Internet, como he hecho yo. Un diez al museo por la reunión de obras y por la configuración de la exposición. Al acabar no hay que perderse un vídeo explicativo que analiza La partida de naipes (el cuadro que sirve de presentación a la exhibición). Muy recomendable.

Mis amigos de Atom Cómics colgaron, el mismo día que iba a la exposición, la novela gráfica que acaba de salir sobre la vida del artista. Tiene que ser una maravilla.

Balthus y el conde de Rola. Tyto Alba. Atisberri.

CaixaForum Madrid

Muy cerca del Thyssen está el CaixaForum de Madrid, donde hay instalada una exposición llamada Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre. Muestra las obras, sobre todo cartelería, que el pintor realizó sobre la vida nocturna parisina. Se acompaña de otros artistas bohemios como Jean Veber, Fernand Pelez, T. A. Steinlen, Pierre Bonnard o Édouard Vuillard, convirtiendo los salones de la exposición en una explosión de color y vida, y situándonos, con obras de calado social, en el contexto (no tan glamuroso) de aquel París de finales del XIX y principios del XX.

La entrada vale solo 3 euros y por ponerle un “pero”, hay demasiadas obras en un espacio muy reducido, algo que te lleva a no saber dónde mirar. Además, hay horas, viernes por la tarde, por ejemplo, en que la afluencia de público hace muy incómoda la visita. Está hasta el 29 de mayo y hará las delicias de aquellos que adoren esa época, la ópera La Bohème de Puccini y la película Moulin Rouge.

En el mismo recinto, en un salón contiguo encontramos una sala prácticamente diáfana con unas maletas viejas en el centro y cuyas paredes están completamente dibujadas por el ilustrador Ricardo Cavolo. Se trata de celebrar los 40 años de la necesaria Comisión Española de Ayuda al Refugiado. Una maravilla con conciencia social.

Ricardo Cavolo.
Ricardo Cavolo.

Museo Nacional del Prado

Este mes no he ido al Museo del Prado, del que soy amigo desde el año pasado. Ser amigo de un museo da un montón de ventajas, pero hay una de la que pueden aprovecharse tanto los que son amigos como los que no, basta con seguir al museo en Instagram.

El Prado on fire…

Todas las semanas, de lunes a viernes, dedican 10 minutos (9:50 a 10:00 a.m.) diarios a comentar una obra de las muchas que hay en el museo. El vídeo queda en la historia de ese día por lo que se puede disfrutar en cualquier momento. Una iniciativa estupenda que acerca a todos una de las más impresionantes pinacotecas del mundo. Es todo un acierto que el museo de valga de los medios sociales para la difusión de su impresionante catálogo.

El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la playa de Málaga. Óleo sobre lienzo. 1887-1888 Antonio Gisbert Pérez. Museo del Prado de Madrid.

Acaba de comenzar una exposición llamada Una pintura para una nación. El fusilamiento de Torrijos, que gira en torno al famoso cuadro de Antonio Gisbert Pérez, un lienzo de enormes dimensiones que es uno de mis favoritos del museo. Ya tengo plan para abril pues la exposición estará abierta hasta el 30 de junio.

Mas información:

¡Gracias!

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