Con algo de retraso, pero a tiempo para que un montón de amigos que van a visitar esta magnífica tierra sigan mis recomendaciones, comparto con vosotros la mañana que dediqué hace unas semanas a conocer nuevas librerías. Aprovechando mi estancia en la provincia de Cádiz, me acerqué a su capital el día del libro, que como ya comenté se retrasó al 23 de julio, y disfruté como un loco de lo que más me gusta: pasear.

He estado en Cádiz capital en muchas ocasiones, pero lo he hecho en domingo, cuando la mayoría de los comercios están cerrados, o cuando ya llegaba la noche con la intención de ir a cenar, tomar algo o de disfrutar de la puesta de sol en La Caleta. Ya la voy conociendo bien y soy capaz de recomendar a los nuevos visitantes por donde moverse o cuando es la mejor época para ir a la más diferente de todas las capitales andaluzas, la única que no tiene Feria, pero un espléndido y famoso carnaval.
No voy a entrar en los tópicos al mencionar la ciudad sino a centrarme en lo que dio de si una mañana en la que no tuve que pasar ni por La Caleta, ni por su Catedral, ni por su Malecón, todo ello de obligada visita, sino que me limité a disfrutar de vida una calurosa mañana de julio de esta nueva normalidad.
Mi primera parada tiene que ver con mis recuerdos nocturnos de Cádiz. En la esquina que forman las calles Manuel Rancés y Beato Diego se encuentra el Medussa Music Bar, un lugar que he visitado en mis noches gaditanas por su ambiente alternativo que invita a tomarte una cerveza acompañado de buena música indie. Una de las noches que salía de allí me topé con el escaparte de lo que creí que era una librería infantil…

La Ratonera.
Calle Beato Diego de Cádiz, 20, 11006 Cádiz
laratoneralibreria.com
No, no era una librería infantil y yo que me alegro. Leo en una noticia que la librería es producto del sueño de dos hermanos por construir un espacio cultural y, por lo menos en lo que a mi respecta, vaya si lo han cumplido. Tiene lo que tienen todas y es ese sentimiento de tener ganas de pasar horas y horas allí dentro. Me recuerda a Ciudadano Grant en Madrid o La Puerta de Tannhäuser en Plasencia porque parece que su apuesta es por la de libros menos convencionales y más centrados en géneros que no son, salvo excepciones, mayoritarios.



Podría decir que es bonita, que lo es, pero prefiero la palabra acogedora. No es muy grande pero está llena hasta los topes de libros de todo tipo. ¿Qué me llevé de allí? Uno de los últimos hits de Blackie Books, La entrometida de Muriel Sparks y un simpático libro sobre la historia de España en 100 páginas que promete lectura conjunta/comentada con quien tenga cerca.
Me gustó mucho (es raro que no me guste un espacio con libro, pero lo hay) y volveré encantado.
La Plaza de Mina es uno de los espacios más bonitos de la capital, está rodeada de palacios del siglo XIX y en ella se encuentra el museo de la ciudad, pero lo que más impresiona es su vegetación. La web del ayuntamiento, muy completa, da buena cuenta de las especies botánicas que allí se pueden encontrar y que asombran a quienes pasan allí por primera vez.

Aunque soy afortunado y he podido viajar, reconozco que no recuerdo que en plazas tan bonitas con la de Mina se haya mantenido abierta una librería, como es el caso de mi siguiente cuadro amarillo.

Librería Manuel de Falla
Plaza de Mina, 2, 11004 Cádiz
Una librería de las de antes de las modas de librerías, las que permanecen ajenas a los nuevos cánones estéticos pero que mantienen íntegro el encanto que tuvieron cuando se abrieron. La que toma el nombre de un famoso compositor gaditano al que la ciudad tiene dedicado su mejor teatro, lleva abierta desde 1989 aunque ya había tenido un pasado como librería desde 1969 y mantiene desde hace más de 30 años (los cumplirá el próximo 18 de diciembre) una incesante, de acuerdo con sus redes sociales, actividad cultural.


Esta es LA librería que hay que visitar si solo se puede visitar una (cosa improbable y poco aconsejable) en la ciudad. Libros por todos los rincones que llegan hasta el techo y entre lo que se puede encontrar de todo, pero lo que más llamará la atención del visitante es la cantidad de material sobre la ciudad que atesoran sus mostradores y estanterías. La Manuel de Falla pareciera como un depositario de la historia de la ciudad, una perfecta cápsula del tiempo para conocer desde que llegaron los Fenicios y fundaron Gades hasta la historia más reciente de la tacita de plata.
Durante el tiempo que estuve allí, pude comprobar como la clientela fiel iba en busca de libros, algunas veces descatalogados, que ellos te pueden o se afanan en conseguir. Es una auténtica locura para cualquier bibliófilo y no es habitual encontrar un servicio así. Tanto es así que, por la tarde, en el programa La Ventana de la Cadena Ser entré en directo a comentar mi mañana y la periodista Montserrat Domínguez me comentó si había conocido la librería y eran tantas las cosas que tenía que decir de ella que hasta me atasqué.
Seguro que me estoy quedando corto y no le estoy haciendo justicia. Manuel de Falla estaría orgullosísimo de que un espacio así tuviese su nombre. ¿Qué me lleve de allí? La novela gráfica que adapta una de las novelas más famosas de Eduardo Mendoza y otro Murakami, que ya sabéis que me encanta el escritor japonés.
Este es un blog personal con pocas ambiciones que tira de los que de verdad saben para completar con más contenido a aquellos que estén interesados en saber más. Han sido majísimos conmigo y hasta me han pasado este link que, aunque tiene unos años, nos muestra cual es el espíritu de este local.
Llegó la hora de tomar un café y se me ocurrió que La Clandestina, una Librería-Café cercana podría ser una buena opción, pero estaba cerrada por una Feria del Libro (¡Cómo me alegra que algunas se celebren pese a la pandemia!) así que tendré que volver. Callejeando por la zona es como conocí la siguiente parada.

La Cápsula
Calle José del Toro, 20, 11004 Cádiz
Viajando por el mundo me he encontrado unos locales llamados Urban Outfitters en algunas grandes ciudades. Son tiendas con un toque urbano en el que se encuentra ropa, productos para la casa, gadgets, algún libro y música mayoritariamente editada en vinilo. Ese parece ser el espíritu de La Cápsula, salvo que ellos no tienen “algún” libro sino bastantes.




Cualquiera que me conozca medianamente bien, incluidos algunos seguidores de este blog, dirían que el lugar es muy “Maxi” si lo conocieran y no, no se equivocarían. ¿Vinilos, libros y camisetas en un mismo espacio?, más “Maxi” imposible. Igual que las librerías se han vuelto a poner de moda y, contra todo pronóstico, van abriendo nuevas, soy especialmente sensible con el tema de la música y por eso me alegro tanto cuando encuentro un pequeño comercio que la vende.
Tienen las camisetas de wituka, que me encantan, discos, principalmente de música independiente, y libros de actualidad. Me entretuve en felicitar al chico (me pareció muy joven) de la caja por la tienda y entablamos una animada conversación sobre libros pues tenía justo encima de la caja la última novela que me había leído. Se ha convertido en un lugar al que volver siempre, de verdad lo digo. Uno de esos que convierten a la ciudad en algo moderno sin estridencias y no la hacen perder identidad.
¿Qué me llevé? Las Chicas de Emma Cline, editado por Anagrama y un libro que sólo podría conseguir en un lugar así: Un Hipster en la España vacía de Daniel Gascón, que tiene pinta de libro que me hace llorar de la risa y que sale como recomendación veraniega en la revista ICON.
Fue un visto y no visto entrar en Tierra Media, Calle José del Toro 6, pero encontré mi rinconcito del cómic americano en la capital. Como esto tendrá segunda parte (me quedaron librerías por ver) y estos chicos me han hecho un favorazo, les dedicaré más tiempo seguro, en un post no muy lejano. Cerca de mis comics está Quórum, que era la única librería que conocía hasta ahora.

Quorum
Calle Ancha, 27, 11001 Cádiz
Quorum fue la primera librería que conocí en Cádiz. Con todas las novedades expuestas en su escaparate y un espacio que engaña (es mucho más grande de lo que parece desde fuera) es una gran librería, de esas que tocan todos los palos y que pueden mirar de tú a tú a las grandes cadenas sin achantarse. Siempre he llegado a ella cuando quedaba poco tiempo para el cierre, pero no hay ni una sola vez que haya paseado por la calle Ancha que no haya entrado a curiosear.
Cumplirá 30 años en 2021 y cuentan que fue el resultado de la unión de dos libreros con un compromiso total a la función de una librería como centro cultural y de divulgación. Tomo de su propia web esta información “participan en distintas organizaciones del sector: Federación Andaluza de Libreros (FAL), Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), Asociación de Editores de Andalucía (AEA), Cádiz Centro Club de Calidad (CCCC), Federación de Comerciantes de la provincia de Cádiz (FEDECO) y en el Consejo de Administración de Librerías-L, esta última empresa creada entre más de 100 librerías de todo el territorio nacional y que agrupan sus intereses empresariales y la convierte en la mayor cadena horizontal de librerías de España.” ¿qué más puedo añadir?
Eventos, firmas, lanzamientos y siempre, por lo menos cuando he estado yo, bastante gente curioseando en sus estanterías lo que da buena cuenta de la salud que tiene. No me pase por allí el día del libro, pero si mi primer día en Cádiz de este atípico verano de 2020 y me llevé una joya, una edición ilustrada por Ricardo Cavolo del Romancero Gitano de Lorca. Lástima no haber sacado fotos propias porque es otro espacio de esos que merece la pena visitar.

Y queda acabar bien con un café.
Sólo para mi estaba el café más bonito de Cádiz. Seguro que esta es una afirmación exagerada pero con el local vacío, era pronto, no pude evitar comentarles lo cansados que deberían estar de escuchar siempre lo bonito que es, una certeza irrefutable: cualquier imagen que se os venga a la cabeza de un café con encanto y acogedor es el Café Levante.

Tomarme un café con leche (yo tomo café con leche como para desayunar hasta a las 23.00h), cargado de libros, el delantal que sale en la foto acompañándolos y rodeado de las maravillas que estáis viendo en la fotografía fue la mejor manera de acabar la mañana. Cualquiera de mis conocidos entraría en el lugar y diría “esto a Maxi le encantaría”. No es que yo recomiende que si vais por Cádiz os paséis, es que es imprescindible.


Yo tendré que volver y lo haré como el pringado que se dejó el cambio embelesado por el arte que desprenden sus paredes desde Luis Mariano a Pedro Almodóvar pasando por Nabokov y Lola Flores…Lo más.

Doy gracias a la cobertura que da el Diario de Cádiz a sus comercios, sin las consultas a ese periódico probablemente no hubiese conocido ninguno de esto lugares. Es increíble lo que puede hacer por el comercio de una ciudad la prensa local. Cádiz sufre, como el resto de España, con esta crisis que ha asaltado de golpe a muchos sectores, pero tiene como ciudad una alegría muy contagiosa. Yo no soy muy futbolero, pero llegar a la ciudad y ver como el color amarillo de su equipo de fútbol lo impregna todo es contagioso y te ayuda a entender porque la gente de aquí está tan orgullosa del lugar donde vive. Ojalá pasase más.
Nunca imitaré bien el acento andaluz, no tengo oído, pero viva Cai, pisha.
Cádiz parece ser un sitio con mucho encanto. Yo tengo un vuelo adquirido desde enero para visitar tu país y ese precioso sitio, como también pienso conocer Sevilla, pero la pandemia ahora mismo tiene las cosas inestables con los viajes, así que no me queda más remedio que esperar y mientras tanto engolosimarme con los escritos que hacen otras personas sobre este lugar, o con el maps, para así conocer al menos sus calles. Nunca había leído a alguien que disfrutará tanto pasear por una ciudad visitando sus librerías, me ha parecido una entrada fuera de lo común e interesante.
En fin, un abrazo grande desde México
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