El cartel, de lo mejor del evento, del gran Paco Roca.
El sábado pasado estuve en el evento Expo-comic que se celebró los días 3 y 4 en Madrid. No es ningún secreto que el noveno arte es una de mis pasiones y que, contrariamente a lo que cabía suponer, mi afición se ha ido incrementado a medida que me voy haciendo mayor. Así que con toda la ilusión que puede tener un lector de comics, madrugué el sábado y llegué al pabellón 3 del recinto ferial de Campo de las Naciones con una sonrisa de oreja a oreja. La alegría despareció en el mismo momento en el que encontré unas interminables colas producidas por un cuestionable sistema de control de entradas que ya ha sido suficientemente criticado en diversos foros, pero lo peor fue al entrar. No olvidemos que el evento lleva en su nombre la palabra “comic”, pues bien; había mucho de todo, muchas espadas láser, muchos muñequitos, mucho poster, mucha parafernalia, decenas de startroopers, mucha oferta para comer y, salvo honrosas excepciones, poco cómic. Entré a las 10.00 de la mañana y abandoné el lugar una hora y media después bastante decepcionado teniendo en cuenta que la entrada valía 15 euros, así que puedo afirmar que ha sido la forma más cara de adquirir tebeos que he tenido en toda mi vida.
Aunque la editorial ECC tiró la casa por la ventana, con un stand espectacular en el que se encontraba la totalidad del catálogo de DC Cómics que publica, Panini Cómics, que tiene en su poder los derechos de Marvel, hizo mutis por el foro y resultaba bastante difícil encontrar sus novedades. De no ser por una librería de San Fernando de Henares, Impact, y de sus simpáticos dependientes que confesaron que no las tenían todas expuestas por falta de espacio (yo creo que interés) no hubiese encontrado las novedades de diciembre de una de las grandes editoriales de nuestro país.
Muy alejado del área de central de la feria, había un stand de Generación X, pero al margen de esta cadena de librerías, me pareció curioso que ninguna de las grandes que hay en Madrid especializadas en el género (Elektra, Madrid Cómics, Akira…) tuvieran su espacio en el evento. En cuanto a las editoriales, quitando el caso de ECC, la presencia de otras como Ponent o Norma resultaba algo triste. Si no llega a ser por un espacio, convenientemente indicado con una alfombra roja, donde se daba cabida a expositores de libros o tiendas de coleccionistas, me hubiese ido totalmente de vacío de una reunión que está a años luz de ser una réplica del Saló del Cómic de Barcelona, por poner el ejemplo de uno nacional.
Salvo las comentadas excepciones y apuntarse a la moda de los food trucks, que están ya en todas partes pero que quedan muy bonitos, a los 5 minutos de entrar ya tenía la sensación de haber tirado el dinero al comprar la entrada. Me encanta el mundo Star Wars, todo el que me conoce lo sabe, pero discrepo de que lo tenga que invadir todo…¡Si hasta había una formación (con las caras muy serias, como si estuviesen practicando yoga) de lucha Jedi con espada láser! otro de los stands vendía como hacer tu propio R2D2, de verdad, hubo momentos en que pensaba que me había equivocado y estaba en una convención de esas que se dedican a las películas de Lucas y compañía. Por no hablar del fenómeno cosplay, que parece ser más importante para la organización por el impacto que genera en redes sociales, Instagram principalmente, que los cómics, que deberían ser el reclamo principal.
¿Sabeís de lo que tengo ganas? de que alguien coleccionista de tebeos me diga: Odio Star Wars. Sería un jarro de agua fría contra aquellos que piensan que una cosa está ligada a la otra. Y lo dice alguien que tiene en su perfil de facebook una foto que cambia cada mes de acuerdo al calendario de una revista de cine, Fotogramas, dedicado en 2016 a.…sí, lo habéis adivinado: Star Wars.
No todo fueron cosas negativas, entre lo mejor del rato que pase allí:
- El stand de ECC, con absolutamente todo lo que publican de DC y con estupendos regalos a todo el que compraba: un poster gigante, un llavero y una chapa lenticular muy bonita. La expectación creada por el lanzamiento del enésimo evento de Superman, Batman y compañía pareció dar resultado a tenor de la gente que abarrotaba a primera hora de la mañana el lugar para hacerse con las últimas novedades,
- Encontrarme a los chicos de Whakoom, la aplicación web que sirve para gestionar (y de una manera muy eficiente) tu colección de cómics. Simpatiquísimos, de verdad. Llenos de ilusión por presentar su proyecto y adherir más usuarios a su exitosa plataforma.
- Los stands de las zona de libros en los que encontré dos joyas, muy alejadas del mundo del cómic, como son Atlas de Metros del Mundo de Mark Ovenden publicada por Nordica Libros e Historium de la colección el Chico Amarillo de Impedimenta. Dos muy originales obras que son lo mejor que me llevé de la visita.
A través de unas esplendidas imágenes y gráficos, Mark Ovenden traza la historia cartográfica de este medio de transporte incluyendo mapas históricos, diagrama y fotografías, algunos de ellos accesibles por primera vez desde us publicación original. Este libro es una biblia para el diseñador gráfico, una colección imprescindible para los entusiastas del transporte, y un libro esencial tanto para los amantes de los viajes como para el turista de sillón.
Bienvenidos a Historium. Un museo que está siempre abierto y que alberga una impresionante colección de más de 140 piezas de las antiguas civilizaciones. Aprende de los hombres del mundo antiguo y descubre los asombrosos objetos que dejaron atrás.
- Conocer a los chicos de la librería Impact de San Fernando de Henares. Me queda lejos de casa pero me encanta que proliferen estos negocios fuera de la almendra central de la capital.
- No poder acercarme al pequeño stand de Red Flack cómics por la gente que agolpada revisaba su impresionante catálogo. No lo sentí porque siempre puedo ir a su bonita tienda en el barrio de Malasaña, pero me alegré mucho por el éxito que están teniendo. Si os gustan los comics no dejéis de seguirlos en Instagram.
- Fnac era uno de los patrocinadores del evento y su espacio también estaba montado con una calidad superior a la media. Habían habilitado una zona para leer y la disposición de su stand, replica al de cualquiera de sus tiendas, era de los más cómodos para hojear las últimas novedades. He leído críticas pero creo que solo se hacen porque es una gran superficie, aunque sea la que más apuesta por la cultura en cualquiera de sus formas.
Merecen mención otros espacios, que los había, dedicado a los coleccionistas de cómics pero en general mi impresión fue bastante pobre. Demasiado merchandising cutre en detrimento de la palabra que figuraba como reclamo del evento. Este evento no está pensado para quien colecciona tebeos sino para quienes confiesan ser frikis sin tener la necesidad de abrir una grapa en su vida, que ahora eso de ser friki es como muy cool.¡no me pillan en otra!
Seguiré visitando librerías y disfrutando de grapas, tomos y libros de cómics pero será en la intimidad de las redes sociales.