Para completar mi anterior entrada sobre arte moderno, y porque de incluir lo que viene ahora hubiese quedado eterna, me gustaría compartir dos interesantes aproximaciones al negocio que supone este mundo en forma de una película y un documental.

El dinero que se mueve en el mundo del arte es el tema de Todo tiene un precio (The price of everything) de Nathaniel Kahn, un interesante acercamiento al impacto económico de las controvertidas obras de arte contemporáneas. Es un tema muy interesante teniendo en cuenta que hace dos meses conocimos que Portrait of an Artist (Pool With Two Figures) del británico David Hockney había alcanzado los 90 millones de dólares convirtiéndose en la obra más cara jamás vendida por un artista vivo.

Portrait of an Artist (Pool With Two Figures) David Hockney. via Flickr
Además de contar con la presencia de artistas tan eminentes como George Condo, Jeff Koons, Marilyn Minter o Larry Poons, el documental cuenta con dos puntos de vista respecto de lo que es el negocio del arte gracias a Amy Cappellazzo de la casa de subastas Sotheby’s y a un coleccionista privado, Stefan Edlis. Todos ellos van dando su punto de vista sobre la aparente burbuja que supone la venta de obras de arte por millones y millones de dólares.
Opinan los artistas, los marchantes, las casas de subastas y los coleccionistas y con ello vas entendiendo de que va todo esto. Me declaro fan absoluto del Stefan Edlis y su colección, parte de la cual ha donado a The Art Institute of Chicago. Es fantástico oírle hablar e intuyo que tiene que tener una conversación muy interesante. Con la representante de Sotheby’s no me llevaría tan bien, pues considera a los museos como cementerios en lugar del sitio idóneo para que una obra pueda ser disfrutada por todo el mundo. Por último, aunque hay más, es imposible no simpatizar con el genial Larry Poons, un artista que solo busca una cosa en la vida: pintar y que intenta permanecer ajeno a todo lo que rodea a este mundo.
Muy recomendable para todo al que el arte le interese un poquito. Lo he visto en Movistar+, plataforma en la que últimamente solo veo interesantes documentales.
Nunca consideraré a un museo un cementerio. El mismo día de visitar la exposición de Tamara de Lempicka, visité la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en el centro de Madrid. Fue una sorpresa y me da pena la poca publicidad que un lugar tan interesante tiene para el público en general. En un edificio situado a unos metros de la madrileña Puerta del Sol, encontramos obras maestras del arte español, italiano y flamenco, y de artistas tan importantes como Goya, Zurbarán o Rubens. La ultima planta está dedicadada al arte moderno y contemporáneo. Os dejo toda la info en este enlace. Merece la pena.

Unas semanas después de ver el documental, encontré en Netflix la película Velvet Buzzsaw de Dan Gilroy con Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Tony Collette y John Malkovich como intérpretes más conocidos. En 2014 el mismo director dirigió a los dos primeros en la muy destacable Nightcrawler, una critica pasada de vueltas a los informativos de sucesos que me entusiasmó.
Josephina (Zawe Ashton) encuentra por accidente que un viejo vecino que acaba de fallecer era un artista clandestino que deja tras de si una numerosa colección de cuadros y el deseo de que fuesen destruidos tras su muerte. Con la intención de rentabilizar el tesoro encontrado y contactando con su jefa (Russo) y un crítico de arte (Gyllenhaal), lo pone en el mercado. La obra de Dease, que así se llamaba el finado, enseguida empieza a obtener precios estratosféricos aunque encierra en ella un secreto muy, muy feo.
Todos los tópicos sobre al arte moderno se cumplen a rajatabla en esta comedia de terror que recuerda a las películas de serie B pero que tiene un barniz de calidad gracias a un reparto lleno de estrellas. Esnobismo, superficialidad, especulación, juego sucio, subjetividad… los defectos del mercado actual salen uno a uno a la luz gracias a unos personajes que son el ejemplo, llevado al extremo, de la gente que se mueve en este mundo. No es una joya del séptimo arte, pero es muy entretenida y tiene puntos muy buenos que conviene no revelar por eso de los spoilers. Observándola con buen criterio se puede sacar una lectura interesante del tema.
Me encanta el arte moderno y estoy aprendiendo a apreciarlo pero un amigo me ha dejado marcado para siempre. Cuando estoy delante de una obra que no logro entender o que es ultra-moderna, hay cerca de mi oído una versión en pequeñito de mi amigo que, vestido de rojo, me dice :»Goooooooolfooss, estos son todos unos gooooooolfos» ante lo cual siempre esbozo una sonrisa.
Gracias por leerme.