El martes 23 de abril se celebró el día del libro. Es toda una tradición que se celebra este día por coincidir con el de la muerte, eso lo sabe todo el mundo, de Cervantes y Shakespeare. Por ese motivo las librerías realizan eventos y descuentos, se hace una lectura del Quijote en el Círculo de Bellas Artes y la ciudad de Barcelona, por Sant Jordi, llena sus calles de libros y rosas rojas. He pasado algún 23 de abril en la ciudad condal y es algo realmente bonito que nunca debería ser politizado. En una época, hasta me traje la costumbre a Madrid, regalando un libro y una flor a alguien muy querido.
Ya he comentado en alguna ocasión que para un curso de Community Manager que hice a principios del año pasado, mi proyecto fue el de la gestión en redes de una librería y en otro sobre Blogs, continúe con la misma idea. Soy tan entusiasta cuando hablo de librerías que hasta un compañero de trabajo me dijo ¿Por qué no escribes sobre eso? Fue esa la primera idea al migrar el blog a WordPress, llenarlo de entradas sobre librerías y las experiencias que vivo en ellas, pero no he encontrado, lo estoy buscando, un formato de hacerlo. Quiero que tengan una cierta homogeneidad y no querría valorarlas, porque por eso no me gusta TripAdvisor: poner puntos a un comercio me parece algo muy reduccionista y dudo del criterio comparativo de quien solo tiene una experiencia. He usado la aplicación, pero solo para opinar de manera positiva.
Este último mes dos lecturas me han dado un empujoncito para seguir pensando en como quiero hacerlo. El primero ha sido el libro Librerías, de Jorge Carrión, editado por Anagrama. Aunque hay otras ediciones, yo tengo (por duplicado) la que pertenece a la colección compactos, en la que cada libro tiene un color y hace que tu biblioteca luzca llena de vida.

Entre un ensayo y un libro de viajes, es una carta de amor, se que suena cursi, a las librerías. Después de introducirnos en lo que significa y en lo que es un local de venta de libros, nos lleva en diferentes capítulos a viajar por el mundo y descubrir los locales míticos que además de vender libros se convirtieron en germen de obras literarias o aquellos que no lo son pero que se dedican a la loable función de mejorar la calidad de las comunidades donde se establecen.

Están las librerías más antiguas del mundo, las más espectaculares, las que sirven de reclamo turístico, las que sirvieron para retratar una época, las que forman parte de la historia de la literatura, las que defendieron ideales teniéndolo todo en contra o las que se dedican a vender libros sin ninguna otra aspiración. Recorriendo los 5 continentes, el autor desarrolla un ameno relato que resulta de lo más inspirador. He comentado que tengo dos copias del libro porque me encantó y dejé el ejemplar que leí lleno de notas, dobleces y subrayados y es uno de esos libros que me gustaría llevarme cuando me voy de viaje.
He escrito que era inspirador y efectivamente lo ha sido. Su lectura me llevó, otra vez, a Juan Rulfo, acabo de terminar El llano en llamas, y a recuperar Rayuela de Cortazar. Ya no le voy a dar tabarra al autor, mi entusiasmo puede resultar agotador, pero os recomiendo seguirlo en Instagram, donde sube regularmente fotos de los locales que conoce.

El otro empujoncito me lo dio la revista Time Out, que cumple un año en Madrid y que ha dedicado su número de abril a los guardianes de los libros. Los dueños de algunas de las librerías más míticas, o más de moda, de Madrid comparten su pasión por el trabajo que desempeñan. La revista es gratuita y se puede descargar desde este enlace. Tipos infames, El arrebato, El dragón lector, Desnivel, Bardón, Akira comics y Rafael Alberti, son las elegidas y aunque no pongo ningún “pero” a la selección y hay tres de la lista de las que soy absoluto fan, se queda muy corta. Entiendo que el espacio es limitado, pero un listado de librerías por barrio cerrando el reportaje no hubiese estado mal.

Así que no tengo más excusas, tengo que empezar ya a hacer mi propio mapa de librerías. Ya tengo algunas de referencia como Los Libros salvajes y Bishop, ambas en Villaviciosa de Odón, o Atom cómics y Tipos infames, a pocos minutos a pie de mi trabajo, pero quienes me conocen saben que entro en todas por las que paso, pasar una tarde viendo libros, muchos de los cuales nunca llegaré a leer, es algo que aprecio mucho.
El martes 23 había muchos eventos a los que asistir, mi muro de Facebook parecía una agenda, en casi todas las librerías que sigo, y son muchas, se había preparado algo especial para ese día. Mi elección fue conocer, por fin, una que lleva 40 años siendo una referencia en Madrid. Aparece mencionada en el libro de Carrión, pero al no estar en una zona de paso ni cercana a los trabajos que he tenido, no la conocía.
La Librería Rafael Alberti, calle Tutor 57 (merecería un post, como todas las demás, en mi idea de inventario de librerías para el que ya creé la etiqueta que podéis ver en la parte superior de este blog), fue mi elección para pasar la tarde del 23 de abril.

Prepararon un encuentro con el escritor Luis Landero, para presentar su última novela Lluvia fina, al que acompañaban la escritora Maria Tena y Lola Larumbe, dueña de la librería. Una amena charla en la que los tres nos hablaron con entusiasmo de un libro que yo ya tenía entre mis próximas lecturas. Por mucho que lea, nunca tendré el vocabulario que los tres utilizaron para hablar de un relato que voy a empezar a leer tan pronto acabe con la maravilla de Julian Barnes en la que estoy metido ahora mismo.

El éxito de la convocatoria llenó la librería y la convirtió en intransitable, imposible fue perderse en sus estanterías hasta el techo o en su isla central llena de novedades. Me hice con la obra de Landero y me la llevé firmada porque a mis esas cosas me hacen mucha ilusión, aunque no sea nada mitómano. El rato que estuve allí comprobé el éxito que tiene Los Asquerosos, de Santiago Lorenzo algo que confirmé al descubrir que fue uno de los tres libros más vendidos del Sant Jordi catalán. Volveré porque el lugar me encantó. Hay algo distinto en esta librería y seguro que la próxima vez lo sabré describir mejor. Un 10 a su celebración del día de libro, en la que además incluyeron un homenaje musical a García Lorca.
Una cosa curiosa me sucedió en la pequeña cola que se formó para obtener la firma de Landero. Mientras esperábamos surgió, entre vinos y patatas fritas, una pequeña tertulia en la que una simpática señora, después de que un chico relatara los reproches que recibió por leer a Javier Marías (increíble), sentenció: “es que los que leemos libros somos los raritos”. Me quedé pensando en la frase y, días después, solo puedo darle, tristemente, la razón. Es una tontería, no soy esclavo ni de este blog ni de mis medios sociales, pero son muy pocos los seguidores o amigos que interactúan ante mis fotos de libros o librerías y sin embargo muchos los que le dan un like a una simple foto mía bebiendo café. Da un poco de pena, pero forma parte de la superficialidad de estos medios a los que hay que hacer el caso justo.
Para acabar esta entrada de libros, vuelvo con a la editorial Anagrama ya que este año celebra su 50 cumpleaños y para festejarlo ha contactado con editores y libreros para reeditar sus 50 libros más populares de la colección compactos con nueva portada de afamados ilustradores. Una gozada de edición, super práctica y con títulos interesantísimos y de obligada lectura. En su web han colgado el listado completo. Los 5 primeros ya están en la calle y yo, respetando un poco la idea de la colección, os pongo la lista completa con colores aleatorios que os pueden ayudar a imaginar cómo quedaría la colección completa en una librería. (En negrita los que ya he leído pero que volveré a tener).
Los girasoles ciegos, Alberto Méndez
84, Charing Cross Road, Helene Hanff
El loro de Flaubert, Julian Barnes
Alta fidelidad, Nick Hornby
Estupor y temblores, Amélie Nothomb
De qué hablamos cuando hablamos de amor, Raymond Carver
Sostiene Pereira, Antonio Tabucchi
Como una novela, Daniel Pennac
Arte, Yasmina Reza
Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides
La hermandad de la uva, John Fante
La conjura de los necios, John K. Toole
La leyenda del Santo Bebedor, Joseph Roth
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Oliver Sacks
El arte de la fuga, Sergio Pitol
El lector, Bernhard Schlink
Mujeres, Charles Bukowski
El adversario, Emmanuel Carrère
Los restos del día, Kazuo Ishiguro
El talento de Mr. Ripley, Patricia Highsmith
Las bodas de Cadmo y Harmonía, Roberto Calasso
Ébano, Ryszard Kapuscinski
Seda, Alessandro Baricco
Correr, Jean Echenoz
Tenemos que hablar de Kevin, Lionel Shriver
El antropólogo inocente, Nigel Barley
Blanco nocturno, Ricardo Piglia
Austerlitz, W. G. Sebald
Mientras agonizo, William Faulkner
Lo raro es vivir, Carmen Martín Gaite
Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan
Guía del autoestopista galáctico, Douglas Adams
Expiación, Ian McEwan
Trainspotting, Irvine Welsh
En el camino, Jack Kerouac
La hoguera de las vanidades, Tom Wolfe
Este libro te salvará la vida, A. M. Homes
Miedo y asco en Las Vegas, Hunter S. Thompson
El libro de Rachel, Martin Amis
Las partículas elementales, Michel Houellebecq
En el café de la juventud perdida, Patrick Modiano
A sangre fría, Truman Capote
El Danubio, Claudio Magris
Matadero cinco, Kurt Vonnegut
¡Noticia bomba!, Evelyn Waugh
Crematorio, Rafael Chirbes
Canadá, Richard Ford
Wilt, Tom Sharpe
Yonqui, William Burroughs
Lolita, Vladimir Nabokov
¿Verdad que pinta bien? Le debo haber descubierto muchas cosas a esta colección así que me parece una muy buena idea esta reedición especial. Ya acabo con una foto de un nuevo rinconcito que he aprovechado para llenar con libros. ¿No han quedado geniales estas dos tristes baldas?

Gracias por leer, seguir y compartir este modesto blog.