Hiiiiiijo de puta..piensa en tu madre, Maldito (escupitajo)
Isabel “ la Coca” Sarli. Carne. 1968. Arg. Armando Bo

Estas palabras, pronunciadas tras ser violada la protagonista, son parte de una de las peores películas que he visto en mi vida y que por eso mismo adoro: Carne. Se le atribuye a esta imposible y adorable actriz, una diva que ya tiene 74, una mítica y famosa frase “¿Qué pretende usted de mí?” que no se pronuncia ni una sola vez en toda la cinta y que ha pasado a formar parte la cultura popular argentina.
Junto a la monumental Facultad de Derecho, frente a la Recoleta se encuentra un curioso parque, el de las Naciones Unidas, que alberga uno de los más curiosos símbolos de la ciudad: una enorme flor metálica (Florarlis Genérica) que se abre al amanecer y se cierra cuando llega la noche y es obra de Eduardo Catalano. Rodeando a la flor, y por obra de una campaña de publicidad de la bebida alcohólica FERNET 1882 , el parque se encontraba lleno de carteles en forma humana que reproducían poses de ese mito under que es «La Coca». En concreto 1882 carteles. ¿La campaña? El Fernet (Bebida amarga a base de hierbas) se bebe con Coca Cola…así la campaña invitaba a 1882 Fernerts con Coca… , original desde luego y para mí, mitómano perdido, un regalo.
Justo enfrente , a unos pasos, hay un centro comercial llamado Buenos Aires Desing muy original dedicado solo a artículos de decoración y hogar, en la parte superior está el Centro Cultural Recoleta desde el cual podemos tener una buena vista de los parques de Palermo. Hay allí también varios restaurantes con muy agradables terrazas. Podemos tomar desde allí la Avenida Alcorta, con sus palacetes a la europea, su lujo y las embajadas de medio mundo. Un lugar selecto de Buenos Aires que nos lleva hasta el Malba, Museo de Arte Latinoamericanas. Con una construcción similar a la del Macba de Barcelona, tiene una buena colección permanente, con cuadros de Khalo, Rivera o Botero e interesantes exposiciones. Personalmente, como me pasa siempre con los espacios modernos, me quedé enamorado de la arquitectura de este museo.
Los momentos finales del viaje los dediqué a estar con familia y a seguir recorriendo el bullicio de sus calles. Tan bulliciciosas que sufrimos el hurto de la cámara de fotos. El ladrón se llevo buena parte de mis recuerdos de este viaje. Es una mezcla de impotencia y rabia lo que sientes cuando te roban algo así. Sobre todo por la utilidad que le van a dar: es de baterías recargables cuyo cargador vale en la Argentina casi tanto como la cámara aquí en España. En fin.
Eso y un piquete en la autopista de camino al aeropuerto ensombrecieron el final de un viaje espectacular. El dichoso piquete y la rocambolesca historia para llegar al aeropuerto son carne no de un post, sino de un novela de 7 volúmenes. La Recoleta, San Telmo, la Boca, Palermo, Belgrano, Núñez, Caballito…y muchos más son los barrios que conforman está ciudad. Puedes perderte algunas cosas, pero nunca vayas a Buenos Aires si estás a régimen, a continuación delicias que no puedes dejar de probar:
El Asado Argentino. Completo con entraña, vacío, asados de tira, chinchulines, mollejas y chimichurri.
El Choripan. Un chorizo criollo partido por la mitad con chimichurri metido en pan.

El Sandwich de Milanesa. Un bocadillo (allí los Bocadillos son Sándwich) de un filete empanado. Ya sé, es pan con pan, pero aquí comemos bocadillos de calamares…
Las tortitas negras. De llorar. No hay palabras.

Los Alfajores Havanna y los Havannets. Los primeros son conocidos por todos, una delicia netamente argentina que podemos disfrutar en las muchas cafeterías Havanna que hay repartidas por la ciudad. Lo mismo pasa con los segundos, deliciosos conos de chocolate rellenos de dulce de leche.
La Bananita Dolca uno de los mejores dulces que podemos encontrar en el millón (Carolina, cuanto te debo) de kioskos que hay en Buenos Aires.
Un clavo que me tendré que quitar es asistir a un espectáculo en una de las ciudades con mayor actividad cultural del mundo. Otra vez, seguro, será, pero si la visitáis intentadlo, la oferta es abrumadora.Se me han podido pasar cosas, pero con esto ya acabo, porque podría estar escribiendo de Buenos Aires toda una vida. Antes de acabar, recordar que sin Carolina, Nicolás, Liliana, Roberto, Amalia, Martín, Verónica, Pedro, Gabriela, Betina, Marcelo, Jagger y, por supuesto, Ana, esto no hubiera sido posible. No se pueden encontrar mejores anfitriones.
No. No llores por mí, porque volveré…