HAKONE – TOKIO Martes 17 de agosto de 2015 (mañana)
En martes, ni te cases ni te embarques
Lo que empezó como un día lleno de frustraciones acabó, nuevamente, de manera fabulosa. Otro día en grupo, y ya absolutamente integrados todos, además de mis amigos de Valencia, conocimos a un estupendo matrimonio de Barcelona (¡que pena no quedarme con el contacto!) y a una mujer con 2 adolescentes que no pararon de hacerse fotos una a la otra ( para desesperación de la Madre), nos cayeron tan bien las tres, que al poco tiempo de poner un pie en Madrid, contactamos con ellas para visitarlas.
Fuimos al Parque Nacional de Hakone para conocer el Museo de Arte de Hakone. En realidad no era la visita prevista cuando contratamos el viaje pero el destino original, El Valle del Infierno de Owakundi, no permitía su visita por la cantidad de azufre que estaba emanando. Un poco decepcionante pues el museo tenia algunas obras pero no era un gran cosa y se notaba que era una especie de consolación, como también lo fue más tarde el enésimo templo sintoísta, por no poder cumplir el itinerario original.
Hicimos un minicrucero por el Lago Ashi, realmente bonito, pero la intención era, una vez cruzarlo, subir al teleférico para disfrutar de una panorámica de Hakone y del Monte Fuji pero tampoco pudo ser, la climatología nos lo impidió. Estaba además muy nublado así que ni desde el observatorio ni desde abajo pudimos ver en ningún momento el pico más alto y conocido de Japón
Este iba a ser uno de los días estrella del Tour y esto es como deberíamos haberlo visto…
…pero esto es lo que nos encontramos. Bonito día ¿verdad?
Fue el día menos aprovechado de todo el viaje. Muchas hora en autobús y todas las visitas truncadas al margen de lo de montar en un barquito, algo que tengo muy superado. Es curioso que el tour de llamara Japón -Takayama cuando desde mi punto de vista son los dos días del interior los más flojos de todo paquete. No es que el interior no sea impresionante, y la organización muy buena, pero el contenido como ese museo o el día anterior la triste calle de takayama son cosas que quien quiere conocer el país puede ahorrarse perfectamente.
Con el cansancio encima por el madrugon y no haber visto nada, nos embarcamos en autobus hasta Tokio en un viaje que se nos hizo eterno pero cuya recompensa nos haría olvidar todo lo ocurrido en la mañana.
Lección del día: Que si no puedes ver algo, le haces una foto a una postal o cuadro y punto. No es lo mismo, pero menos es nada…ja ja ja.
Mañana….
¡TOKIO! ¡TOKIO! ¡TOKIO!