El 6 de noviembre se estrenó en Madrid Sueños y visiones del Rey Ricardo III. La noche que precedió a la infausta batalla Bosworth en el Teatro Español. Dos días después me senté en un teatro lleno hasta la bandera para pasar un par de horas con los clásicos, concretamente, un par de horas con William Shakespeare.
Tras la victoria de los Yorks sobre los Lancaster, Ricardo III se siente fuera de lugar en la Corte. Acostumbrado a las guerras y fruto de ese descontento, del rencor, la rabia, la ira y la turbación que su propio físico le provoca, decide tramar conjuras y complots para llegar al poder.
José Sanchis Sinisterra actualiza uno de los clásicos del más famoso dramaturgo inglés de manera que nos llegue de una forma sencilla y comprensible, mezclando verso y prosa para contarnos como eran las cloacas de la corte inglesa de finales del siglo XV. Sangre, ambición, traición, todo vale para llegar al poder y también para perderlo. Carlos Martín dirige a, atención el elenco, Terele Pavez, Asunción Balaguer, Ana Torrent, Lara Grube, Carlos Alvarez Nóvoa, Juan Carlos Sánchez, Jorge Muñoz, José Hervás, Ánibal Soto, Óscar Nieto y José Luis Santos que secundan a un grandísimo Juan Diego interpretando al mezquino monarca.
Premio Max y tres Goyas, más de cuarenta papeles cinematográficos y con una dilatada carrera teatral, el sevillano Juan Diego lleva sobre sus hombros toda la trama de la obra y su interpretación es magnífica. He leído que le va a costar desligarse del personaje y no me extraña nada, debe ser difícil después de hacer algo con tanta pasión. Todo funciona perfectamente en este montaje que demuestra que la sencillez no está reñida con un buen espectáculo. Todo es muy simple y se deja total lucimiento a los actores que están realmente fantásticos. Sé que parezco entusiasmado, pero de verdad, merece la pena pagar los 22 euros de la entrada. Si tenéis la oportunidad, no os la perdáis.
Aplaudimos a rabiar cuando se bajó el telón y resultó muy emocionante que Carlos Álvarez Nóvoa interrumpiera los aplausos para recordarnos que esa Gran Dama del Teatro que es Asunción Balaguer cumplía 89 esplendidos años. Lo hizo, como lo hacen los grandes, encima del escenario. Me emocioné y hasta se me saltó una lágrima, me hubiese gustado haber corrido al escenario para abrazarla y darle las gracias por las veces en que he disfrutado con ella.
El Teatro Español se encuentra en el número 25 de la calle Príncipe y es uno de los cuatro lados de la plaza de Santa Ana. Es verdad que prefiero otras zonas del centro, pero no soy tan tonto como para no reconocer las bondades del lugar. La fabulosa noche teatral se completó con una cervecita en la Cervecería Santa Ana, cena en Mezklum y una copa en el Jazz Bar, uno de los locales con más encanto de la zona y que recomiendo visitar a todo el que venga a Madrid.