Este pasado mes de enero tuvo mucho de arte. Cine, música, teatro, óperas y arte en sentido estricto. No solo me han regalado ser un año más Amigo del Museo del Prado, algo que realmente me emociona, sino que he aprendido mucho de arte contemporáneo gracias a dos mujeres imprescindibles y un interesante documental.
Hasta el 24 de febrero se puede ver en el madrileño Palacio de Gaviria una exposición sobre Tamara de Lempicka, la reina del art-déco y personaje que encarna a la perfección la idea que todos tenemos sobre los locos años 20 del siglo pasado. Nacida en Varsovia en 1898, tuvo una vida llena de lujo y glamour que la llevo por medio mundo, donde siempre demostró una forma de vivir y una tolerancia muy adelantada a su tiempo. Su pintura, muy reivindicada por el colectivo LGTBI, está centrada en retratos y formas femeninas, algunas veces andróginas, y estuvo influenciada por el cubismo no abstracto. Bisexual y abierta de mente, falleció en Cuernavaca (México) a los 81 años después de tener una vida de película.

Esta es la primera retrospectiva que se realiza de la artista en nuestro país y resulta bastante completa para hacerse una idea de lo que significó en su época y la impronta que dejó en el arte contemporáneo. Hay mucho material expuesto y la configuración del Palacio de Gaviria, su arquitectura y decoración, es ideal para una exposición de este tipo. Edificado en el siglo XIX, fue discoteca a principios de XXI y, con buen criterio, se ha reconvertido en sala de exposiciones. La empresa italiana Arthemisia ha sido la que ha hecho posible esta exposición, comisionada por una experta llamada Gioia Mori que ha dedicado una década al estudio de la artista polaca.

Junto a Barbra Streisand y Jack Nicholson, una de las mayores coleccionistas de obras de Lempicka es la cantante Madonna. Es una cosa de la que me enteré en el vídeo introductorio de la exposición pero que no debería habérseme pasado por alto teniendo en cuenta que tres de los vídeos más populares de la cantante están influenciados o directamente poseen obras de la reina del art-déco
El primer plano que vemos en Open your heart (1986) es un cine cuya fachada está cubierta por un enorme mural de Lempicka. Todo Express yourself (1989) está influenciado, además de por la película Metropolis, por la estética de la que la artista polaca es referente y en Vogue (1990) se ven también varias obras suyas.
Más actual e igual de sorprendente resulta la japonesa Yayoi Kusama, de la me he hecho fan absoluto. Encarnación viva del arte pop, Kusama, que aún vive y dibuja, es la protagonista del documental Kusama: Infinito (Heather Lenz, 2018) que analiza su vida y obra.

Fue rival de Warhol en los años 60 y son de ella ideas que luego han utilizado artistas que se hicieron muy famosos. Muchos (sorprendentemente) siguen negando la existencia del machismo en el mundo del arte, pero en el caso de la artista parece documentado que no la tomaban en serio por ser mujer y japonesa. Además, ha presumido de una libertad y tolerancia que no ha sido siempre bien aceptadas.
Nació en Matsumoto, Japón, emigró joven a Nueva York donde lucho por triunfar en el mundo del arte. Sus esculturas flexibles, las salas de espejos y, sobre todos, sus lunares la han hecho famosa como una de las máximas exponentes del arte pop. Lleva más de 30 años recluida en una institución mental de Tokio desde donde, con 89 años, sigue dedicándose a crear. En su localidad natal y también en Tokio hay sendos museos dedicados a su figura y es muy recomendable seguir su muy activa cuenta en instagram.
El documental me entusiasmó y encontré mucha información adicional en internet. Viendo el interés que tenía, me sorprendieron por mi cumpleaños con un regalo: LewiCarroll’s Alice’s Adventures in Wonderland: With Artwork by Yayoi Kusama un libro en cuidadísima edición en el que la artista ilustra de una manera muy acertada (¿De qué otra forma podría ser el maravilloso mundo de Alicia?) el famosísimo relato de Carroll.

Como soy un caprichoso, otra cosa de la que me enamorado es este librazo de Phaidon que repasa toda su obra. Un coffe-table book que es tan bonito que tiene la doble función de decorar y de proporcionar conocimientos culturales.

Ridiculizada y ninguneada muchas veces, Kusama puede estar satisfecha de lo que ha conseguido, ser una de esas artistas vivas cuya obra es vendida por varios millones de dólares. Aunque las cosas están cambiando y la presencia de la mujer en el arte no es algo superficial (ahí tienen a la interesante Peggy Guggenheim, otra mujer de película) lo cierto es que los artistas masculinos son los que han sido más aclamados y los que protagonizan la mayoría de los libros de historia del arte. No se trata de polemizar y lo hecho, hecho está, pero es obligado reconocer a aquellas que no fueron apreciadas en su momento porque culturalmente la mujer tenía otro lugar o descubrir el talento de las nuevas artistas que tienen tanto que decir.

Sólo siete mujeres: Saloua Raouda Choucaiar, Barbara Hepworth, Georgia O’Keeffe, Frida Kahlo y una de las protagonistas de este post, Yayoi Kusama, aparecen en este didáctico libro ilustrado por Andy Tuohy y al que Christopher Masters pone texto que se titula Grandes artistas modernos AZ.
El coqueto catálogo de Arte Moderno de Taschen incluye a Lempicka junto a otras como Mary Cassatt , Hannah Höch, Georgia O’Keee, Frida Khalo, Joan Mitchell, Louise Bourgeois, Eva Hesse, Cyndi Sherman, Barbara Kruger y Beatriz Milhazez, muy pocas en relación a todos los artistas que aparecen en su más de 600 páginas.

Y así podría continuar con mas libros pero, soy solo un aficionado al arte por lo que difícilmente podría dar argumentos de peso sobre esta disciplina, me limito a percibir lo que es más obvio. Lo dicho, las cosas están cambiando, el arte está cambiando y, sobre todo, la percepción de la sociedad está cambiando. No hace falta enfrentar a las partes, pero tampoco dar pasos atrás. Hay que disfrutar de lo que estas impresionantes mujeres nos han dejado y nos dejan, un placer para los sentidos.