Like a Prayer y Fan Fatal. Marzo de 1989 #30años

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No puedo acabar marzo sin mencionar los 30 años que han cumplido dos discos que se lanzaron en marzo de 1989 y que pudieron, tenía yo por entonces 15 años, definir mis gustos musicales para los restos. Hoy me gusta todo tipo de música y muchos consideran bastante eclécticos mis gustos, pero lo cierto es que sin el pop no hubiese llegado a apreciar los otros estilos lo mismo que sin los cómics no hubiese llegado a leer a García Márquez.

1989, por ponerme algo nostálgico, debió ser así para mí:

Estos son algunos de los cómics que Forum (Marvel) y Zinco (DC) lanzarón en marzo de 1989. Excalibur de Alan David y Chris Claremont se ha convertido, como La Cosa de de Byrne o Wonder Woman de Pérez, en un clásico.
¡Qué marzo el de 1989! Quedaban meses para que llegara el Batman de Tim Burton. Rain Man ganó el 30 de marzo de aquel año 4 Óscars incluyendo mejor película dejando a esa joya que es Las Amistades Peligrosas de lado.

En aquel mes de marzo nuestro viejo mundo no había visto caer todavía el muro de Berlín, faltarían meses, pero las noticias de entonces contarían la inauguración de la pirámide de cristal que hoy es un símbolo inconfundible del Louvre de París, la catástrofe ecológica del petrolero Exxon Valdez o la celebración de las primeras elecciones libres en la extinta Unión Soviética, y en ese contexto se publicaron los dos álbumes a los que está dedicado el post de hoy.

Fan Fatal de Alaska y Dinarama y Like a Prayer de Madonna fueron publicados en aquel mes del año 89. Uno puso punto y final a la existencia de un grupo y sirvió de germen para lo que sería más tarde Fangoria y el otro convirtió a la diva de Detroit en una estrella planetaria. Fueron discos fundamentales en la trayectoria de los artistas que los publicaron y aunque ahora que han pasado 30 años se reivindiquen, cada cierto tiempo son incluidos entre los más importantes cuando se hacen las correspondientes retrospectivas.

LIKE A PRAYER. Madonna.

Like a Prayer, edición vinilo 2018, casette y CD. Singles de Like a Prayer y Express yourself.

Empecemos con Madonna. Madonna (1983) Like a Virgin (1984) y True Blue (1986) ya la había situado como estrella global, abriendo el camino que la llevaría a ser declarada reina del pop años después. Aunque la polémica ya la acompañaba desde Like a Virgin y se había acrecentado con su matrimonio con Sean Penn y vídeos como Open Your Heart, con Like a Prayer rompió un montón de convencionalismos (con Erótica (1992) rompería unos cuantos más) y se enfrentó con los sectores más reaccionarios de la sociedad.

El vídeo Like a Prayer, el primero y el que da nombre al álbum, donde besa a un santo negro, canta frente a cruces ardiendo y que hoy es visto como un perfecto ejercicio en contra del racismo, fue recibido con fuertes criticas por la ligereza con la que se tomaban los símbolos religiosos. Madonna sobrevivió y salió reforzada de aquello y no ha abandonado nunca el vínculo con la religión, en cualquiera de sus formas.

Incluido en la primera edición de los 1001 discos que hay que escuchar antes de morir (Grijalbo), donde lo califican de uno de los álbumes pop más espectaculares desde Revolver de The Beatles, es el cuarto en su discografía siendo el anterior True Blue, el disco de estudio más vendido de la artista. Una continuación de aquel, con el mismo sonido, hubiese sido lo previsible, pero es que entonces no se sabía lo camaleónica que iba a ser Madonna. Está considerado siempre entre los mejores de la cantante y también entre los mejores discos pop de los 80. Debutó como número uno en infinidad de paises y se estima que ha podido despachar 15 millones de unidades. Una salvajada.

Vuelvo recurrentemente a él porque, para mí sigue sonando fantásticamente igual ahora que cuando salió. Está producido por Madonna y Patrick Leonard, pero tiene dos colaboraciones de Prince y debemos a Stephen Bray la producción de dos de las canciones más bailables del disco, Express Yourself y Keep it Togheter. Prince solo aparece acreditado en Love Song, muy reivindicada cuando falleció, pero a él pertenece el atronador solo de guitarra de la canción que cierra el disco, Act of contrition, quizás la que me parece más floja de un trabajo redondo.

Like a Prayer y Express yourself, sobre todo la primera, son hits universales que nunca se han dejado de escuchar por eso este disco me traslada al 89 con canciones que no se incluyen en sus grandes éxitos ni en las listas que analizan lo mejor de su carrera. Till death do us part, promise to try y Spanish eyes son esas canciones que realmente me trasladan a otra época, a una en que ponía la cinta una y otra vez sin parar.

Sencillos promocionales del álbum también lo fueron Cherish, Oh Father y Dear Jesse y, un año después, Keep it toghether que era la cara b de otra canción universal: Vogue. El tono de madurez que tiene el disco, con letras que hablan sobre su separación o la relación con su padre, con sonidos, que, salvo las canciones de Stephen Bray, suenan más maduros, dejó fuera del disco a Supernatural, con un sonido más pop, que quedó como cara B de Cherish y que fue luego incluida, convenientemente remezclada, en un álbum recopilatorio lanzado para la lucha contra el SIDA: Red Hot & Dance.

Muchos de mis amigos se desengancharon de Madonna tras este disco. Les parece tan bueno que no entienden lo que hizo después. Es respetable pero siempre he mantenido que hay que respetar la evolución de un artista y aprender a no vivir del pasado y de Madonna se puede criticar cualquier cosa, pero eso no. Vive muy en el presente, solo hay que ver lo que está haciendo ahora y que en breve publicará un trabajo que, como suele suceder, no tendrá nada que ver con los anteriores.

¿Y a mi que me parece? Uno de los mejores discos de mi colección. Un imprescindible.

FAN FATAL. Alaska y Dinarama

Fan Fatal de Alaska y Dinarama. Edición vinilo 2018. CD y Maxi single de Descongélate.

Pasamos al bochinche y a la diversión sin complejos con Alaska y Dinarama y uno de los discos más desenfadados de la década que estaba a punto de acabar. A pesar de ser seguidor de Olvido Gara y Nacho Canut, tengo que reconocer que mi mitomanía ha sido siempre de baja intensidad. Gracias a amigos comunes he tenido la oportunidad de coincidir con ellos muchas veces, pero soy incapaz de hablarles o pedirles una foto. Ni en las firmas de discos lo hago, estoy entre la vergüenza y las ganas de no molestar. Cuento esto, como también podría haberlo hecho de Madonna, porque las cuestiones extra musicales de los artistas que sigo me interesan poco y este trabajo está lleno de esas cuestiones.

Son conocidas las penurias que se pasaron grabando este disco, la ruptura con Carlos Berlanga, la producción acelerada y el maltrato que sufrieron, en un principio, de su discográfica Hispavox pero el resultado de todo aquello es un disco, lo mantendré siempre, divertidísimo. Muchos, incluso ellos mismos alguna vez, lo consideran el primer Fangoria, por la experimentación de sonidos y su apuesta electrónica.

Si rompiese mi timidez y un día me los encontrase con su amigo-hermano Pedro (no diré su apellido por no darle la brasa) les pediría algo como lo que acaban de hacer los Massive Attack con Mezzanine, dar un concierto integro en el que se tocasen exclusivamente las canciones de Fan Fatal y que los bises fueran aquellas que estaban fuera de las 12 canciones iniciales que lo conformaron. Me veo entre el público, vestido de colores ácidos y lleno smileys 🙂

No tengo tantos conocimientos musicales para detectar todos los samplers que tiene este disco, pero los entendidos dicen que no hay ni una canción que no los tenga. Eso, y la experimentanción de sonidos y remezclas, es probablemente lo que hace diferente a este trabajo. En serio, si oímos el resto de las cosas que se hacía en España en 1989 y luego escuchamos Fan Fatal aplaudiremos el riesgo de hacer algo absolutamente marciano (o Trekkie, como les gustaría a ellos).

Lo siento, que comienza mientras suena un anuncio que aparece en la película Blade Runner y que nos invita a conocer las colonias del mundo exterior, abre el disco y es toda una declaración de intenciones. Le siguen Vampirella, que toma el nombre de un conocido personaje de cómic de terror creado por Forrest J. Ackerman en 1969 y homenajea todo un mundo, un terror clásico y algo pop, que es una constante en su carrera y Me Habló la televisión, con los divertidos coros de Tiffanitys (Fabio McNamara). Con un extracto del tema del Batman de los 60, muy reconocible, y con un sonido muy Ramones, nos ponemos a bailar La Mosca Muerta, para luego pasar a Mentira, única en el disco que aparece como composición 100% Carlos Berlanga y que tiene un sonido y una letra muy identificable con el estilo de su autor. La cara A del disco lo vuelven a cerrar con los Ramones en La Ciencia Avanza, una canción que podrían cantar perfectamente hoy las divertidas Nancys Rubias.

La cara B (D) se abre con el primer sencillo y un éxito que pilló desprevenida a la discográfica e hizo que se replantease la promoción del disco. No había lugar en nuestro país donde ese verano no sonase Mi Novio es un Zombi, originariamente una canción de Los Vegetales y que es mi primer recuerdo serio con Alaska. Tenía 15 años y este fue el primer hit que lazaron en mi recién estrenada adolescencia y puso banda sonora a mis primeras salidas. Recuerdo, en plena explosión del acid house, las actuaciones televisivas del grupo y una parafernalia que hay que reivindicar ya. Era imposible ser más moderno. El es un zombi, pero me quiere.

La segunda canción de la cara b (D) es una de mis favoritas toda su trayectoria y encarnaciones. Mejora en sus remixes, pero incluso la versión del disco de Descongélate le otorga al mismo un toque de distinción. En mi opinión, una de las mejores composiciones realizadas por Nacho Canut y Carlos Berlanga de todas las realizaron juntos. La versión del maxi-single, Descongélate (Durante 5.55 a 75 °) es la primera en mi lista de reproducción sobre lo mejor de la historia del grupo.

El diablo anda suelto, Godzilla (con el Michael Jackson de Bad), Lupita la Trailera (con un grito de Prince) y La pastilla roja cierrann el disco original. Lupita la Trailera es un referente a la hora de hacer un viaje coche. Es comenzarlo y poner en mi móvil eso de “Estoy en la carretera, con mi camión, tratare de ser sincera, que es lo mejor”

Pero Fan Fatal no se acababa con estas doce canciones, el acid house que ya aparece en varias en partes del disco se incrementa en los extras que aparecieron en ediciones especiales, en el casette o en el CD, que en aquel momento necesitaba incentivos para despegar. Quiero Ser Santa fue el segundo sencillo sin ni siquiera aparecer en el LP. Una versión de Parálisis Permanente, en la que participa Ana Curra, y que se ha quedado como repertorio del grupo que formaron tras disolver Dinarama. Ectoplasmatic, Fly Acid Fly y No es el final, aunque curiosamente si lo fue, cierran los extras de este disco. Mención especial merecen los nombres de los remixes de Quiero Ser Santa : Quiero ser ácida, Quiero ser siniestra, Quiero ser chochi. ¿Cómo no iba a hacerme fan yo de un un grupo así?

Desgraciadamente, pese a gozar del favor de los fans más auténticos, Fan Fatal no aparece en libros que hablan de lo mejor de aquella época y no suele ser reivindicado, una pena. Es un divertimento sin pretensiones, sin ínfulas de permanencia. No buscó hacer historia, buscó divertir y lo consiguió, de hecho, lo consigue cada vez que suena.

¡Cómo me he divertido! Gracias por leerme.

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