La zarzuela. El barberillo de Lavapies.

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Una vez, en un curso de inglés, hice un trabajo sobre ópera (lo pasé en grande) y una de las preguntas que me hicieron los compañeros fue ¿Cuál es la diferencia entre ópera y zarzuela? Principalmente está en que las Zarzuelas contienen partes habladas, mientras que las óperas son casi siempre solo cantadas, que las primeras son en castellano y que, a diferencia de las óperas, siempre acaban bien, con alguna excepción. Hay una página, Tipografía moderna, que elaboró un decálogo en 2015 para enumerar las diferencias. Muy interesante.

La Zarzuela es una obra musical, con partes habladas, que surgió en España en el siglo XVII y que debe su nombre al palacio que acogía sus representaciones. Habitualmente llamado género chico, algunas de las zarzuelas como Doña Francisquita (1923) o Luisa Fernanda (1932) son equiparables a grandes óperas tanto por su estructura como su por concepción musical. Ambas son excepcionales ejemplos de lo fantástica que es nuestra cultura popular.

Yo, que me enamoré de la ópera con Aida de Verdi, hice lo mismo con la zarzuela tras disfrutar de un montaje, con grabación disponible, de Luisa Fernanda de Moreno Torroba con José Bros y Plácido Domingo en el Teatro Real hace unos años. Esto no me convierte en un erudito para escribir sobre zarzuela, pero como en este blog me dedico a compartir todo lo que me hace disfrutar, no puedo dejar pasar lo mucho que me gustó acudir a la representación del Barberillo de Lavapiés que estos días se representa en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

El barberillo de Lavapiés es una zarzuela en tres actos con libreto de Luis Mariano de Larra y música de ese genio que fue Francisco Asenjo Barbieri. Se estrenó hace 145 años, el 19 de diciembre de 1874 en el mismo teatro en el que yo pude verla el viernes 5 de abril de 2019. La acción se sitúa en el Madrid de 1776 y trata la historia de una joven pareja, que todavía no lo es, que se ve envuelta en el juego de intrigas gubernamentales de la época. Un embrollo que llevan con mucho humor y que tiene un final feliz para los enamorados.

Lo que estos días se puede ver en Madrid es una representación que es el ejemplo de que una escenografía muy simple y un buen vestuario son suficientes para elaborar un montaje muy original, efectivo y que no distraiga de la atención de la obra. Probablemente mi entusiasmo al verla vino contagiado por el que tenían los interpretes sobre el escenario.

Borja Quiz (Lamparilla) y Cristina Faus (Paloma) son los intérpretes principales y se marcan un dúo en el segundo acto (el más famoso de esta Zarzuela) que es memorable. Además del talento de su voz, desprenden alegría y clavan a la perfección la idea que todos tenemos del Madrid del Siglo XVII en el que se desarrolla la obra. Me he puesto a seguirlos en Instagram porque me encantaría estar al tanto de lo que van a hacer en el futuro. Les debo dos horas llenas de humor y mucha calidad.

Me gustaría que supieran, todos ellos, que, como espectador, y a margen de lo cómica que fuese la obra, se les notaba disfrutar con lo que estaban haciendo. Irradiaban un contagioso entusiasmo que inundó toda una sala que quedó encantada con el espectáculo.

Lo que ha pasado con la ópera los últimos años gracias a medios sociales, libros, programas de divulgación y el boca a boca no ha llegado de igual forma a la Zarzuela, y no porque el teatro encargado de promocionarla no lo haga. Quedan poca localidades y acaba el próximo día 14 pero al sentarme en la butaca y mirar a mi alrededor me di cuenta de que era de los más jóvenes de la sala. Es verdad que había niños y gente de menos edad que yo, pero en general es un público muy mayor, sin problemas con eso, y me da pena que no pase como en el Teatro Real en el que ves a muchos jóvenes tragándose (perdóneme la expresión) un bodrio (y no por los artistas encargados de llevarlo a cabo) como La Calisto (no me importa quedar de inculto, pero no he dedicado al Teatro Real ni un post esto meses porque lo que he visto no merecía la pena ni ser comentado) y no en el Teatro de la Zarzuela viendo una joya como El Barberillo de Lavapiés.

Este viernes 12 de abril una iniciativa estupenda busca dar difusión a un género que yo como aficionado disfruto mucho y que recomiendo a cualquiera para su inicio en el mundo de la lírica. A las 20.00 horas se retransmitirá desde Facebook Live, YouTube y en la propia web del Teatro esta magnífica zarzuela que merece, de verdad, mucho la pena.

¡No os lo perdáis!

Gracias por leerme. Intentádlo con la lírica, puede que no os guste pero dadle una oportunidad. El barberillo es una forma fantástica para empezar. Aprovechadla.

Lo próximo Doña Francisquita. Zarzuela no, ¡Zarzuelón!

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